viernes, 10 de abril de 2015




Se han formulado muchas teorías para dar contestación a la duda sobre el nacimiento de la vida, muchas de ellas poco científicas.
Ya en la ciencia, la Paleontología, que estudia especies animales de épocas pasadas, ha encontrado fósiles de hasta 500 millones de años de antigüedad. Pero, ¿qué pasó en las épocas anteriores? Esta respuesta sólo puede ser inferida. La Morfología Comparada es el estudio (comparado) de estructuras animales actuales y otras del pasado. Por ser las actuales descendientes de las otras, sus organismos son “huellas” del pasado; el problema es encontrar las claves para interpretar estas huellas.
La vida se originó a través de mecanismos de síntesis. Astronomía, Física y Geología nos dan información sobre las posibles condiciones físicas de la época en que se originó, situación que se ha reproducido en experimentos químicos.
En el proceso no está implicado ningún fenómeno sobrenatural, sino las leyes físicas y el 
tiempo.

Historia física:
El universo se originó con una gran explosión («Big Bang») que llenó todo el espacio hace unos 15.000 millones de años. La temperatura inicial era de unos 100.000 millones de grados centígrados. Toda la materia existía en formas subatómicas. A medida que el universo se iba enfriando, comenzaron a formarse partículas más estables: protones y neutrones, que formaron el núcleo de los átomos. Los protones (carga positivas) atraparon partículas más pequeñas de carga negativa (electrones). A partir de estos átomos se formaron todas las estrellas y planetas. A partir de los átomos del planeta Tierra se originó la vida.
El Sistema Solar era una masa gaseosa caliente en rotación, los átomos de hidrógeno eran los más abundantes. Fuera del Sol quedó en rotación un cinturón de gases que luego dio lugar a concentraciones más pequeñas con movimiento giratorio que originaron los planetas.
La Tierra se formó como una masa incandescente. Los átomos más pesados (Fe, Ni). Otros más ligeros, como el silicio y el aluminio, formaron otra capa, y los más ligeros de todos: hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y carbono; se dispusieron en la capa más externa. Las temperaturas eran demasiado altas para que se formaran compuestos estables.
La temperatura bajó lo suficiente como para que se formaran enlaces entre H, O, N y C más estables, compuestos muy simples.
Historia química:
Hoy día el 95% de las sustancias de todo organismo proceden del H, O, N y C. Se piensa que inicialmente se originaron una media docena de compuestos sencillos:

H2O: agua
NH3: amoniaco
CO2: dióxido de carbono
CH4: metano

HCN: ácido cianhídrico
H2: hidrógeno molecular

Al enfriarse la masa incandescente, se solidificó la corteza. La lluvia llevó estos compuestos, como NH3, CO2 o HCN, a la superficie terrestre. Lo que permitió la aparición de vida fueron las grandes acumulaciones de agua con estas sustancias en disolución. El agua es el componente fundamental de la vida, porque es un buen disolvente, lo que le convierte en un medio excelente para las reacciones químicas; y porque originalmente era la única fuente de hidrógeno y oxígeno. En el océano se formaron las condiciones necesarias: agua, sales minerales y sustancias atmosféricas en disolución.
El carbono puede dar muchos compuestos orgánicos combinado con otros elementos. Para la formación de estas moléculas intervienen fuerzas externas de energía: por un lado el sol, por otro descargas eléctricas de las tormentas continuas.
En los años 20, Oparin supuso que en tales condiciones se formaron moléculas orgánicas y que éstas se congregaron en el “caldo primordial”. Como no había oxígeno libre que las degradase estas moléculas tendieron a persistir. Pero no fue hasta los años 50 cuando Miller puso a prueba esta hipótesis. Experimentalmente demostró que en las condiciones iniciales citadas por Oparin se podían formar compuestos orgánicos. Para ello introdujo CH4 ,NH3 y CO2 disueltos en agua en un recipiente que reproducía las condiciones de presión y temperatura originales, e hizo saltar chispas eléctricas durante varias semanas. Observó que se habían formado muchos aminoácidos y otros compuestos orgánicos muy simples.
Casi cualquier energía podría haber transformado lo inorgánico en orgánico. Pero estos experimentos no demuestran que se formen, sino que pudieran haberse formado así. Las reacciones químicas que llevaron a la formación de compuestos orgánicos fueron inevitables.

Otra teoría es la del “barro o arcilla primordial”, dice que las primeras células se formaron a partir de moléculas que existían en el barro. Parece ser que el lodo almacena y transmite bien la energía.
A partir de los primeros compuestos orgánicos se formaron los compuestos más complejos (proteínas, bases nitrogenadas). Algunas de estas proteínas pudieron tener una función enzimática, lo que pudo acelerar mucho algunas reacciones, sobre todo de bases nitrogenadas. Las últimas fases de estas síntesis no se han desarrollado en laboratorio, pero parece que ningún problema físico-químico impide que se produzcan.

Historia biológica:
En una primera fase, se sospecha que consistió en la reunión y organización de los compuestos orgánicos (ácidos nucleicos, proteínas, etc.) para formar las primeras células. Se reproducían por simple partición. No se sabe exactamente cuando, pero se calcula gracias a los microfósiles de hace unos 3.500 millones de años.

Las primeras estructuras de tipo celular necesitaban fuentes de energía. Las células se alimentan por mecanismos:
Heterótrofos: cuando dependen de fuentes externas para obtener energía (son organismos heterótrofos los animales, algunos hongos...).
Autótrofos: cuando elaboran sus propias moléculas orgánicas nutritivas (las plantas son autótrofas). Tienen su fuente de energía en el Sol.
Las primeras células podrían haber sido autótrofas. Según los registros, las primeras eran muy simples. Las células pueden ser:
Procariotas: el material genético no está en un núcleo delimitado por una membrana nuclear que lo separe del citoplasma.
Eucariotas: son más complejas y tienen un núcleo separado del citoplasma. Todas las células de los organismos pluricelulares son eucariotas.
Los primeros organismos pluricelulares hicieron su aparición hace 750 millones de años, a partir de células eucariotas.
Está claro que en cada nivel surgen nuevas propiedades; el agua, por ejemplo, no consiste en la simple suma de las propiedades del hidrógeno y el oxígeno. Podemos decir que la célula es el nivel de organización en el que aparece la vida como propiedad, al menos, incipiente.
Hacia la teoría evolutiva
Aunque la complejidad bioquímica de los seres vivos no se conocía entonces, ya hace muchos siglos que se sabe que la materia orgánica es más complicada que la inorgánica. En un principio no eran posturas científicas, sino filosóficas, como la generación espontánea de seres simples (p. ej.: creación de pulgones a partir de las gotas de rocío).
Redi quiso probar la verdad de esta creencia. Para ello colocó tres recipientes con carne podrida: uno tapado, otro con un velo que dejaba pasar el aire y el último abierto. Sólo nacieron moscas en el destapado, por lo que concluyó que no era cierto, al menos, en organismos de ese nivel. Sin embargo, se conservó la creencia para los microorganismos. En 1860 Pasteur demostró que los organismos microscópicos sólo aparecían en el aire, no era válida la generación espontánea.
Hasta Oparin y Miller no se intuyó como se generó la vida. Pero también existía la duda de cómo se había generado esa enorme diversidad de especies.

El origen de las especies

Hoy se acepta la teoría de Darwin sobre el origen de las especies, sin embargo hubo muchas otras antes. Desde Aristóteles se pensaba que se podían clasificar todos los seres vivos según un orden jerárquico (scala naturae). Hasta el siglo pasado todos los biólogos creían que los seres vivos habían sido creados en la forma actual por Dios y habían permanecido inmutables. También estaba presente la concepción cartesiana de que la diferencia hombre/animal estaba en que el hombre tenía alma.
La teoría evolutiva supuso un duro golpe a esa filosofía imperante, tuvo influencia en muchos campos. El hombre ya no era diferente cualitativamente al animal, sino que la diferencia, de haberla, sería de grado (cuantitativa). Algunos investigadores pensaron que, si somos fruto de la evolución, sería conveniente estudiar hombres primitivos y organismos inferiores para conocernos a nosotros mismos.

Hasta el S. XVIII las especies no tenían historia, sin embargo había muchas pruebas de que había evolución: los fósiles, aunque siempre se los justificó mediante teorías que no guardaban relación con la evolución. A finales de ese siglo Bonnet propuso la teoría de que la Tierra había estado sometida a diversas catástrofes que habían hecho desaparecer las especies varias veces, los fósiles eran fruto de esto. A pesar de esta teoría surgiría más tarde la de la evolución.


Fueron quizá los geólogos los que allanaron el terreno para pensar que había otras posibilidades además del creacionismo bíblico. Se interesaron por los fósiles y observaron que en cada capa había fósiles específicos, lo que les llevó a creer que la tierra se había formado capa a capa, estrato a estrato. Pero seguían postulándose una serie de catástrofes y las subsiguientes creaciones independientes.

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